martes, 30 de agosto de 2011

Y de pronto me encontraba volando en lo más alto del cielo, podía sentir el viento que impulsaba mis alas, un águila surcando el azul infinito y a mi lado tú, con esa mirada profunda contándome de enseñanzas de aquellos viejos maestros que conocimos.

Un despertar a la realidad... Nuestra realidad...

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